Puta mía.
I
Ella tenía la tristeza más bonita del mundo y yo sólo sabía hacerla reír.
Abajo a la izquierda.
Lloraba porque me faltaba esperanza y valentía.
Porque me faltaban huevos para aferrarme a su cintura y a su vida.
Llevaba tres lágrimas de cristal a todas partes y un jodido dolor que las rompía.
II
Parpadeaba a cuarenta trucos de magia por hora
y me cantaba al oído de vuelta a casa.
Estaba completamente rota y bonita.
Y revolvía el cielo de noche,
y rebuscaba a la luna
y se perdía.
Escuchaba grupos que jamás había pillado en mi vida,
y se adueñó de Extremoduro,
y yo frente a todo eso únicamente sonreía.
III
Ella tenía una valentía destrozada por los 'no' que le había escupido la vida, pero pese a todo, pese a toda esa mierda, ella abría sus ojos y encandilaba todos mis silencios, y llenaba mis rincones de jardines y esperanza.
IV
Tenía el caos del mundo entre sus manos y sólo prefería guardarlas y otorgarles el destino insobornable de sus bolsillos.
V
Ella,
el único
tema de conversación
entre mi cordura
y la borrachera.
VI
Esnifarle
todos los lunares,
esa
era
mi mayor aspiración.
VII
Nos metíamos cotidianidades imaginarias por la nariz,
algunas noches,
de regreso a la realidad,
cualquier centímetro de alegría adicional era preciso para que estallara su risa.
Nuclear.
Era putamente hermoso verla explotar,
verla cómo asumía la felicidad como una convulsión,
escuchar el solo de sus carcajadas cuando le soplaba fuerte dentro de la boca,
como pidiendo deseos si se apagaban las velas.
Y créeme,
puta mía,
que si algún fuego se apagaba,
yo siempre,
siempre
te pedía.
Enviado por Efrain Carbonó para Lo Saqué Del Bolsillo
Encuéntralo en Facebook como Sawyer Tom, o en su Blog Varios-des-varíos.
Fotografía:
Ux Sierra
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