No volveremos a vivir aquellas navidades típicas de antaño, de esas que nos cuentan los mayores (nuestros viejos y abuelos) simplemente porque con todo lo que ha pasado, la época ya no dá para eso.
Estamos hablando de “tiempos más simples” que alimentan la idea tradicional, producto de la juvenoia, que “todo tiempo pasado fue mejor” frente a la plena era digital, de información potenciada, como sea que la quieran llamar. Pero vamos a millón con todo y como resultado de esta sobreexposición informativa no se están perdiendo los valores, se está perdiendo la identidad.
-Ya sé por dónde te estás metiendo, buscas hacer un llamado de atención a esos tecnócratas que viven del merry xmas y celebran navidad al puro estilo yankee super anglosajón-
No, voy más allá, e intento criticar también (o en concreto, realmente) al tradicionalista extremo y desenfrenado con ínfulas de comunista de vieja época. “La navidad es un negocio y estamos tan corruptos espiritualmente que nos gusta así” conforma el argumento que sujeta toda su defensa intelectual.
Señores, es globalización la que provoca todo esto. Ya no estamos hablando de países aislados herméticamente uno del otro, claro que es lógico que se mezclen ideas y haya un revoltillo de culturas (que curiosamente origina y le da su idiosincrasia a la “infracultura” colombiana) pero ambos extremos, tanto el de “sí, entregados de lleno a la pluriculturalidad”; y “puño de hierro con esquemas tradicionales y conservadores” están completamente errados.
Lo que se debe hacer es descubrir y reafirmar aquello que “nos hace nosotros” y exaltarlo en los tiempos de discordia que someten de golpe y hacen chocar varias influencias culturales entre sí. En tiempos como estos, por ejemplo.
¿Cómo así? Dese cuenta qué le hace colombiano/argentino/latinoamericano/europeo/lo que sea, y no lo olvide mientras se encuentra haciendo sus vainas. El éxito de Estados Unidos se debe a que todos sus ciudadanos están inflados y llenos de patriotismo -no patrioterismo- (junto a algunas reformas económicas que valdría la pena discutir, pero no en esta oportunidad).
Que sí, la navidad se ha vuelto una época casi que despiadadamente mercantilista, pero también es una época que sirve (como excusa) para (intentar) ser altruista. Cosa que ocurre en todos los escalones de nuestra jerarquía social, aunque probablemente esté pensando en desacreditarme argumentando que las empresas solo lo hacen por compensaciones y exoneraciones de impuestos.
Son solo estímulos, estudie tributación.
Siendo así, si considera que la navidad es una buena época del año porque le sirve para emborracharse el 7, 8, 24, 25 y 31, reflexione. Al menos use la excusa y cambie de palabras, diga algo como “es una época idónea para compartir con colegas y amigos, solo porque sí).
Si considera que no se puede hablar de navidad verdadera, por aquello de la intoxicación global, bueno, la solución es retirarse e ir a vivir como ermitaño por aquello de noviembre y diciembre. En serio, nada que hacer.
Si vive en el recuerdo de todas las navidades old school, olvídese que alcanzará aquella solemnidad a la que se aferra en sus recuerdos. Más bien, resuelva en buscar la manera correcta de hallar aquello que le encantaba y vivirlo en estas épocas. Sea recursivo.
Finalmente, deje de joder a los demás solo porque “viven a full, con ganas” las fiestas. Ofrezca soluciones y no cantaleta. Adicionalmente, como esto se trata de un artículo de temporada:
Feliz navidad :)
Enviado por Fabio Colpas para Lo Saqué Del Bolsillo.
Encuentralo en Twitter con @fabiocolpas
Fotografía:
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