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corrupción
Ganando dinero, perdiendo valores
viernes, diciembre 25, 2015Bolsillo Público–“Soborno de empresas para ganar contratos ascendería al 17.3%”– Portafolio 25 de mayo de 2015.
El último estudio adelantado por la Corporación Transparencia por Colombia y la Universidad Externado da cuenta de un fenómeno creciente y cada vez más arraigado en nuestra sociedad: la toma de atajos para triunfar en el mundo de los negocios. Es cada vez más frecuente encontrar empresarios, ejecutivos y personas de negocios con mayor interés en ganar dinero para sí mismos, en detrimento del desarrollo armónico, justo y equilibrado de la sociedad.
Personas que a los ojos de los demás son exitosas y brillan en el mundo de los negocios, con una gran capacidad de generar riqueza, piensan algunos. Detrás de ese éxito, muchas veces se esconde una innegable realidad: no tienen la verdadera capacidad de ganar dinero y generar riqueza limpiamente, usualmente recurren a la compra de conciencias.
En algunos casos lo hacen de forma abierta, pactando un porcentaje del valor del negocio o contrato el cual hay que pagar en efectivo o mediante giros a cuentas de terceros o en paraísos fiscales a nombre de misteriosas sociedades. Otros, más elaborados y discretos lo hacen a través de otorgar regalos, patrocinios, gastos de representación y donaciones, disfrazando un poco el interés subyacente de la transacción: comprar una conciencia a cambio de un negocio.
Me pregunto: ¿siempre hemos sido así? ¿En este mundo es posible obtener beneficios económicos y ganarse la vida honradamente cumpliendo con la ley, honrando los valores fundamentales de la vida en sociedad y salvaguardando la moral pública? Al parecer es una opción cada vez más remota.
La corrupción escapa al ámbito de lo público y ha permeado la empresa privada, “en sus justas proporciones”, como acuñara un reconocido expresidente de Colombia.
Algo debemos estar haciendo mal como sociedad. Hemos fallado en la formación universitaria, hemos fallado en las escuelas, pero sobre todo hemos fallado en la formación de nuestro hijos en el ámbito de la familia, núcleo básico de la sociedad. ¿Cómo podríamos exigirle a nuestros hijos que se ganen el dinero honradamente sin compra de conciencias, sin violar la ley, si frente a un agente de tránsito que se encuentra dispuesto a sancionarnos por una infracción cometida ellos mismos nos ven pasándole discretamente un billete para que “olvide” ese cruce prohibido, esa utilización del celular mientras conducimos, ese exceso de velocidad, ese no tener los papeles en regla?
Puede que haya formas de cubrir ante nuestros hijos esa “pequeña” compra de conciencias, pero no hay forma de cubrirla ante nuestra propia conciencia. Estos pequeños hechos van entrando a nuestro cerebro, que actúa como un procesador central, creando un virus irrastreable que va dando vueltas por el sistema hasta que ve la siguiente oportunidad de atacar. Puede ser otra insignificante infracción de tránsito, puede ser el dar una “propina” para evitarnos una fila, para evitar que un funcionario público haga alguna pesquisa o nos entable una sanción. Usualmente hacemos un análisis costo/beneficio, y optamos por sacar de nuestros bolsillos unos billetes limpios, tras cuyo paso de manos, pasan a ser unos billetes sucios que compraron una conciencia deteriorando paulatinamente la moral pública.
Sé que no es fácil, pero somos nosotros los llamados a empezar el ciclo de saneamiento de nuestro sistema, limpiemos primero nuestras conciencias, para luego ayudar a limpiar las conciencias de otras personas. Tiene un costo, pero que gran premio o que gran meta se ha logrado sin una adecuada mezcla de esfuerzo, dedicación y sacrificio.
Empecemos por casa, ahí es donde empieza la construcción de una sociedad bien fundamentada. Un billete limpio, honradamente ganado, se convierte con nuestras acciones en un billete sucio que circula de mano en mano hasta que regresa algún día a cobrar lo suyo: la conciencia de nuestros hijos.
Enviado por Juan Carlos Aspiazo para Lo Saqué Del BolsilloEncuéntralo a través de su página web Aspiazo.com
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