Hay
quienes
escriben
por encargo,
por lamer
un par de piernas
o
por olfatear
un atisbo
de hipocresía
en los aplausos.
Hay
quienes
compran
entretenimiento
y subastan el arte,
y prostituyen
la sonrisa,
y ya no sienten,
ya no vibran,
ya no estallan
por la palabra,
porque la han matado,
porque olvidaron regar
su jardín de enredaderas esdrújulas,
porque se han vendido
hasta el culo
por una mirada.
Más.
Y ya no hay nada.
Nada.
¿Sabes?
La poesía también está harta de migajas.
Enviado por Efrain Carbonó para Lo Saqué Del Bolsillo
Encuéntralo en Facebook como Sawyer Tom, o en su Blog Varios-des-varíos.
Fotografía:
Toℓeg
0 comentarios