Sacado de https://sociedadpoetica.wordpress.com
Refugiado bajo el murmullo de los insectos en la mañana, absorto en la oscuridad y aliviado por un café recuerdo noches de silencio y soledad.
Entre los baúles y baúles neuronales, viene a mí el recuerdo de una noche en la cual sin reparo decidí salir en busca de algo que me sacara el mareo de la cabeza, para dejar de buscar calor entre vídeos de bazofia pornográfica.
11:30 pm.
Después de una ducha salgo a caminar entre las calles de la ciudad donde vivo, tomo el camino de la izquierda y comienzo a caminar sin rumbo en la ciudad mirando hacia el pasado para aprender. Tal vez entre memorias pueda recordar que es lo que me tiene caminando y maquinando alguna forma de escapar, de ausentarme de esta cotidianidad harta, vacía e insípida pero lo único que recuerdo son las noches en que mi alma vagaba entre las curvas de una hermosa mujer, sé que ella está en su casa, cerca pero lejos para el momento, de igual manera no busco nada más con ella. Su figura tomada por los componentes de la cámara y los visos de luz roja que bañaba la habitación en un halo de desenfreno y falta de razón. Las livianas sabanas alcanzan a cubrir lo evidente y entre palabras tontas la cámara se apaga.
Los ojos de la gente que sobrepaso siempre se han fijado en mí como si fuera alguna clase de asocial, esas miradas penetrantes y juzgadoras me las meto siempre a la boca y con un gesto de hastío las escupo cerca de mis pies para poder pisarlas, prefiero a veces ignorarlas y mirar los postes que se apresuran a esquivarme mientras contemplo su amarillenta y mortecina luz.
Aquella vez la luz se quedó apagada y nuestros reflejos en el espejo de la pared no se entendían, éramos un enredo de carne y tela intentando avivar alguna llama dentro de nosotros, que atenuara la gélida soledad que agobiaba nuestras vidas y en el presuroso intento de compartir nuestros huesos y nuestros pudores, despejamos nuestros desnudos cuerpos de la frazada blanca que nos limitaba.
¿Qué espera una puta que uno le diga cuando se lo quedan mirando a uno pasar? Siempre me he interrogado sobre esas mujeres que se sientan en las esquinas a ver cómo pasan alegres las personas llenas de alcohol y sonrisas mientras ellas recuerdan que en algún momento su vida pudo coger ese camino si no fuera por... Creo que cada una de ellas debe tener una "razón de peso" para venir quien sabrá desde dónde a sentarse a ver la vida pasar y que algún miserable se le acerque con los humos subidos y la trate despectivamente para conseguir míseros 6 segundos de placer, mientras ella solo arruma más momentos vacíos y sin empatía en el San alejo de su memoria, para hacerse con lo correspondiente a los gastos de un solo día. Después de ese "ratico" con el imbécil, sólo le restan 6 para ver si completa la semana o algo más.
Esos labios carnosos que destilaban palabras casi inaudibles de los deseos de su cuerpo, succionaban mis sensaciones a fuego lento mientras mis dedos jugueteaban en su espalda y en su nuca. Sus manos apoyadas en mis muslos y cediendo a la gravedad para empujarme entre besos y dejarme recostado lentamente sobre mi espalda. Sus senos lucían espléndidos entre la nublosa oscuridad y la única luz era la lujuria que irradiaban sus ojos. Su cara se transforma en algo que ya conocía de antes y que extrañaba ver; Esa sonrisa descarada, la mirada pícara y la lengua que relame sus labios aún impregnados con labial.
Las únicas voces que sonaban entre el crujir de mis pasos eran los árboles discutiéndome la hora de salir, sabios como el amor de una madre y tercos como el orgullo de un padre. Torno mi mirada hacia las aparentemente inacabadas calles que se cruzan a mi diestra y a mi siniestra rodeando los grupos de locales y almacenes, todos apagados y cerrados, sin señal de verdadera vida. He pasado por el mismo lugar de día e igualmente están ausentes de vida. Entre los lentes de sol, entre los rostros, entre los celulares, entre los cientos de trajes de mil colores y los negros, el "smog" y el bullicio de los automóviles se sienta una anciana de mirada cansada a vender sus cositas, puro mecato y llamadas a celular. ¿Su apariencia?, una gorra ridícula de una corporación millonaria, la misma ropa de hace más de 5 años. Su mirada se clava en la nada buscando entre los muros los recuerdos de su juventud al lado de los seres que ama, en esos momentos donde rondaba la angustia, acechando el momento en que el amor fraternal dejara de mostrarse presente y sus pensamientos volvieran a la "realidad". Nadie se sienta a hablar con ella, nadie la mira a los ojos, nadie le da un saludo cordial, un abrazo, una estrechada de mano generosa, una palabra de aliento ni una bendición para su día. Solo hay tiempo para el egoísmo a su alrededor. Sí, he pasado por el mismo lugar varias veces pero ella no está ahí, ahora solo hay silencio y soledad en las calles de la ciudad donde los árboles crujen y las luces nublan las estrellas.
El frío circunda la habitación lejos de nuestras agitadas formas, lejos de nuestras manos presurosas que buscan satisfacer el placer propio estimulando el ajeno. A la espera de su mirada me desvanezco mientras entre mis dedos se derraman sus fluidos y exaltado por la situación, me incorporo sobre la cama y con un abrazo la tiendo sobre el desorden del lecho. Ella me enreda el cuerpo entre sus piernas y me hala hacia sí con anhelo y yo le sonrío, la deseo y la toco lentamente como quien asesina el vacío y la espera por placer. Entre sus manos se cuela la agonía del placer y el dolor mezclados, la impregna en mi espalda incrustándola con sus uñas. Entre los gemidos y los suspiros sudamos un nuevo recuerdo prohibido y mezclamos por última vez nuestras almas.
De unas puertas cristalinas se escapan los arpegios de la canción que llevo en la mente, atravieso el umbral y Gustavo Cerati le canta a mis sensaciones "Busco alguien que sacuda mi cabeza". Me siento en la barra y me pido una cerveza, con los recuerdos fundiéndose entre las letras de Soda Stereo bebo un sorbo y le digo al recuerdo de su mirada bajo la luz roja, "Nada personal".
2 comentarios
EXCELENTE ARTÍCULO, YA QUEDE PEGADA PARA SEGUIR LEYENDO A LO SAQUÉ DEL BOLSILLO.
ResponderEliminarBrother, creo que no encuentro escritas muchas cosas alusivas a canciones de soda. Pensé que era la única que lo hacía. Excelente escrito, me quedé tramada~
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