'No me alegro de tu llanto, si no del charco de poesía en que se ha convertido'
-Cindy Camargo

A veces lloro mucho por la muerte de mis vidas perdidas.

Lloro sin mojarme la cara,
pero húmedo por dentro.
Dejo caer las lagrimas sin que toquen mi cuerpo.

A veces lloro muchísimo, pero la risa opaca el diluvio prefabricado de mis ojos.

Lloro como una puta después de una larga noche de trabajo y horas extras, como el niño ha llorado chupetas vestidas de arena, como mi abuela después de una semana sin ver a mi tío, como mi madre llora el salto al vacío de su único hijo, como llora el mar de impotencia por los cortaolas, como la revolución después de despertar con la cara mojada de odio y resignación.

Vapor de agua y sal escupe mi mirada.
Es magia.
Nadie sospecha del llanto y del dolor.

¿Cómo se le llama al acto de llorar por ósmosis?

A veces me pasa, que atravieso la calle, boto humo, veo a alguna chica guapa o un perro callejero,
y sucede,
empieza el desbordamiento, entonces sólo queda improvisar mentiras, que una piedrita en el ojo, que la brisa, que el sol, que come mucha sal, que el insomnio y los fantasmas de la noche, cualquier excusa es buena si logra calmar la curiosidad de los espectadores de desgracias ajenas.

¿Qué tanta pulcritud otorga la lluvia?
¿Quién ha logrado de golpe instalar su propio sistema de drenaje?
y ¿quién lo ha hecho tan bien?

Nací en el 95. Llorando.
En el 96 retrataron el llanto del miedo fugaz a los payasos.
Desde el 99 hasta el 2009, lloré porque no podía bañarme en los aguaceros.
2010 lloraba por no poder llorar por una chica.
2011 lloré por una chica.
2012 murió mi abuelo.
2013 en una de tantas ventanillas lloré por lo que supongo debía un año antes.
2014 aprendí a hacer trucos de ilusión con los teclados.
2015, aquí estoy, batiendo records con el aire, la lluvia, los diluvios, la humedad y los sistemas de drenaje.

Sobreexplotando la magia y camuflándolo todo en escritos de mierda,
y suspiros.


Enviado por Efrain Carbonó para Lo Saqué Del Bolsillo
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Fotografía:
sivinjski danijel