Otra vez he dejado para último momento el trabajo de Literatura, no porque no quisiera hacerlo (bueno, en verdad no quería hacerlo) quería dormir, comer, hablar por chat, salir con mis amigos, visitar a mi abuela e incluso limpiar la casa... Es que eran cosas más necesarias. (Bueno, sé que no eran necesarias pero detestaba tener que sentarme a hacer el trabajo de Literatura).
Y ahora sentado aquí sin ganas de leer las mil y un páginas de Tom Sawyer que debo leer para poder hacer un ensayo de mínimo 5 hojas... Todo antes de quedarme dormido, todo para mañana a las 7:00am. Aún ahora, ¡qué ganas tan terribles de echarme a dormir!, de no hacer nada, de seguir escribiendo sobre las ganas que tengo de no hacer esto.
Mi mamá todo el tiempo me anda diciendo que estoy procrastinando, procrast... y no me importa, me dice que cambie, que haga las cosas a tiempo, ¡que deje de postergar las cosas!... Mamá, lo he intentado, con listas para no olvidar hacer los trabajos pero esa lista siempre me empieza a dar igual, lo he intentado obligándome a leer, a escribir, a trabaJARGHH. Es que no encuentro gracia en eso, a veces sí, a veces no, pero por lo general encuentro más gracia en no hacer nada.
Sí, mi cuerpo se desanima de sólo pensar en hacer el trabajo, mi mente se desespera y pierde las ganas de todo, ¡es que me da pereza! Simple y llana pereza. ¡Nada me da ganas de nada! Estoy pensando en no hacer el trabajo, pero si no lo hago tendré que repetir la clase de Literatura y eso sería muchísimo peor. ¡Arg, ya, ya lo haré!
Después de que coma, lo prometo.
Por Andrea Cervera para Lo Saqué Del Bolsillo.
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